Arándanos. Un estudio de la revista Forbes los coloca como un potente fortalecedor de la memoria a largo plazo. Son ricos en vitamina C, en antioxidantes, que ayudan a activar las enzimas protectoras del cerebro y mejoran la memoria. También contienen potasio, un mineral necesario para la transmisión y la generación del impulso nervioso. Frescos, en yogures o en mermelada, da igual como se tome: el arándano solo tiene propiedades positivas.
Nueces. Su alto contenido en fósforo las convierten en el fruto seco más eficaz para realizar actividades como estudiar o cualquiera relacionada con el rendimiento intelectual. Del mismo modo, sus hermanas las almendras mejoran la memoria, según un estudio de la Universidad de Illinois-Chicago, que demostró que todo el que comía durante una temporada un puñado de almendras al día resolvía mejor los tests de memoria.
Huevo. Los aminoácidos esenciales que se encuentran en la yema y una sustancia denominada colina, del grupo de las vitaminas B, convierten al huevo en alimento indispensable para mejorar la capacidad de atención y la memoria a largo plazo. Eso sí, hay que tomarlo con moderación para evitar otros problemas como el colesterol alto.
Plátano. No vamos a descubrir nada si destacamos aquí las propiedades del plátano, alimento esencial tanto de deportistas de élite, como de estudiantes en época de exámenes por su alto contenido en potasio y vitamina C. La vitamina B6 ayuda en la producción natural de neurotransmisores relacionados con la concentración, como la serotonina o la dopamina.
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